El secreto de los suecos para ser los mejores en su trabajo sin agobiarse se llama 'fika'

Noticia publicada en http://elpais.com/elpais/2017/04/26/buenavida/1493209903_446169.html El secreto de los suecos para ser los mejores en su trabajo sin agobiarse se llama “fika”.

El secreto de los suecos para ser los mejores en su trabajo sin agobiarse se llama 'fika'
Otra lección de vida del país escandinavo. O por qué deberíamos asumir que un empleado tomando un café también está trabajando


Lo hemos estado haciendo mal toda la vida. Porque aquí es sinónimo de pérdida de tiempo, de huida del trabajo; de vasos de plástico, brebajes artificiales y bollería industrial. Es el momento de poner verde al jefe, de compartir quejidos y lamentos. De contar los días para las vacaciones. Pero las pausas para el café son otra cosa para los suecos, que vienen a enseñarnos cómo exprimir al máximo cualquier minuto de la jornada laboral. Porque si en España dedicamos un espacio más o menos amplio a apurar la reconfortante bebida frente a la máquina, obviando por un tiempo nuestras tareas, ellos organizan en torno a esta práctica toda una celebración, sin ir en detrimento de su título de uno de los diez países más competitivos del mundo según el Foro Económico Mundial. Así son las fikas suecas, el momento del café en la oficina que se revela como uno de los factores que explica la alta productividad de sus trabajadores, según estudios de la Universidad de Linköping, y sus reducidos niveles de estrés, los más bajos del mundo según International Business Report.
“Fika es un fenómeno social. Es tomarse un café o un té, pero también es una razón para socializar y disfrutar de un momento de calidad con los compañeros de trabajo”. Así define este sello cultural Emelie Gallego, agregada cultural de la embajada de Suecia en España. Y se trata de una realidad tan impresa en el alma de los suecos que son las propias direcciones de las empresas las que promueven estos descansos. Aunque no haga falta. Como afirma Israel Úbeda, responsable de prensa y redes sociales de VisitSweden en España, “más que proponerlo, es algo que pertenece a la personalidad de los suecos y las compañías. Porque, al fin y al cabo, las forman personas con sus idiosincrasias". Y Úbeda añade: “Los suecos aman el café y las pastas y por ello parece lógico que en un sitio donde vas a pasar horas cada día tengas una breve pausa para estirar las piernas, conversar con los colegas y disfrutar de dulces, fruta o un pequeño tentempié”. Todo, gentileza de la empresa.

¿Se trata entonces de un mero descanso pagado?
En absoluto. Gallego lo explica: “Ese ambiente más familiar fortalece los lazos entre los compañeros, pero también los directores están presentes. La cultura empresarial en Suecia es, en general, bastante cercana y poco jerárquica”. Por eso también jefes y coordinadores se suman a estas “paradas técnicas”, buscando que entre todos, en esos momentos de relax, se puedan alumbrar mejores ideas para solucionar los asuntos que les ocupan frente al ordenador. Es decir: igual se habla del increíble partido de fútbol de ayer que de cómo afrontar la reunión de márketing de mañana. Y usted dirá: igual que en España. No tan rápido: su alta consideración por parte de todos los estratos de la compañía hace que las ideas y el optimismo fluyan con vigor, como prueba un estudio elaborado por LinkedIn. La investigación Relationships @Work relevó que mantener buenas relaciones con compañeros y superiores redunda en un mejor desempeño profesional y una mayor motivación en el trabajo. En la misma línea, otro análisis realizado por expertos de la Universidad de Florida constató que fomentar una relación de confianza entre trabajadores y superiores trae consigo mayor colaboración, innovación y eficiencia. Además, despojar a estas pausas de la clandestinidad aumenta la felicidad del trabajador, que mejora, según varios estudios, tanto ambiente de oficina como productividad.
Aunque no están regulados por una agenda, los fikas tienen varios espacios durante la jornada. En la empresa de Israel suelen parar varias veces al día, durante 10 minutos por receso: “Depende de la compañía, pero un par de pausas por la mañana y otra por la tarde puede ser perfectamente normal, aunque eso no quiere decir que todo trabajador participe en todas y cada una de ellas”, comenta. De ello da fe Jónatan López, arquitecto español que vive en Estocolmo desde hace más de seis años. Ha trabajado en tres empresas distintas y en todas ha podido constatar que las fikas forman parte de la cultura empresarial sueca: “Ahora somos unos 200 trabajadores, así que cada grupo tiene sus propias costumbres. Una de mis compañeras está haciendo un curso de pastelería y los miércoles trae sus elaboraciones caseras”. Jónatan recuerda su paso por empresas españolas y cómo, a diferencia de lo que ocurre en Suecia, el café es algo que siempre se tenía que costear uno mismo. "Aquí las cafeteras son tan importantes como los ordenadores y los jefes son los que nos dicen que tenemos que mejorar [acabar antes con las tareas urgentes] para sacar tiempo para más fikas”, añade.

Un hervidero de grandes ideas
Ana Berdúncoach personal y experta en felicidad en el trabajo, suma que estas prácticas son "una buena herramienta para luchar contra el presentismo. Ayuda a trabajar cuando trabajas y a descansar cuando descansas, porque, en otro ambiente más restrictivo, mientras estás frente al ordenador piensas en el receso y, cuando estás tomando el café, no puedes desconectar de todo aquello que te queda por hacer”.
Manuel Torres, director comercial de Eboca, empresa de vending especializada en máquinas de café, se lamenta de que la pausa española sea “algo clandestino, un tiempo en el que el trabajador se siente observado”, y considera que “un empleado, tomando café, también está trabajando”. Torres subraya el estrecho vínculo entre la cafeína y el rendimiento laboral, hablando de su vertiente biológica y la sociológica, y se pregunta: “¿Cuántas de las grandes ideas, de los inicios de los mejores proyectos, se nos han ocurrido dándole vueltas a un espresso?”.

En efecto, la EFSA (el panel de expertos europeos en salud alimentaria) ha reconocido que a partir de 75 miligramos, la cafeína aumenta la atención, la memoria y la capacidad de aprendizaje. Y los defensores del fika matizan: no es lo mismo tomarlo en un vaso de plástico que en una taza personal, como no es igual hacerlo en un pasillo frente a una máquina metálica que en un espacio diáfano con sofás y bandejas de pastas caseras. Para practicarlo, como afirma Ana Berdún, “el cambio cultural tiene que ser propiciado por los empresarios, que deben entender que esto es algo positivo”. Y también debe ser tomado con responsabilidad por los trabajadores. ¿Llegará ese día? Habrá que pensarlo con un cortado en la mano…

Comentarios

  1. Exponemos una segunda noticia para comentar.

    En este caso la propuesta también es de un periódico que en su edición digital cuenta con un apartado dedicado a la Psicología.

    Esta noticia nos hace plantearnos varias cuestiones: ¿hay que dar lugar a que “vengan” los suecos a enseñarnos lo que nos hace más productivo en el trabajo?, ¿por qué si es tan saludable, y los españoles la practicábamos desde tiempos… ha sido tan criticada por nuestros vecinos del norte de Europa?, ¿es relevante esta noticia para que aparezca en un diario nacional?...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente de acuerdo. Todo lo que vien de fuera es visto como lo mejor y lo que se debe imitar, y lo de aquí, es denostado incluso por los de aquí. El problema es más grave y merece una reflexión más profunda (pensemos en conceptos como la leyenda negra, idea propagada por Europa de manera deliberada por nuestros adversarios, que en el fondo nos miraban -y siguen- con envidia). España no es vista como un país serio, y lo que aquí se practica se considera propio de países menos avanzados. La primera pregunta que debemos contemplar es: avanzados, ¿con respecto a quien? Aquí estamos hablando de la "fika", pero ¿acaso no podríamos aplicar todo lo dicho aquí a otras costumbres más universales y arraigadas como la siesta?

      Eliminar
    2. Efectivamente, un ratito de siesta en España, después de comer, con 45 grados de temperatura en verano, es de "vagos". Sin embargo, si un estudio de una Universidad de.... no sé donde... dice que descansar "un ratito" después de comer.... hace ser más productivos por la tarde en el trabajo.
      Entonces qué???'
      Siempre igual...
      María

      Eliminar
  2. Una tendencia más de los medios de comunicación…Hay varias cosas que pueden hacernos reflexionar. Por ejemplo, si esto se ha practicado desde hace tiempo en España, ¿por qué se ha visto como algo negativo?, ¿y ahora que lo venden otros países como positivo es algo bueno?.
    ¿Qué opináis al respecto?

    ResponderEliminar
  3. Es normal que los países nos observemos los unos a los otros porque así es posible conocer formas de trabajar que funcionan en otros lugares del planeta. De igual manera, también podemos analizar algunos puntos negativos que nos sirvan como referencia a lo que no deberíamos llevar a cabo. El caso es que si podemos "copiar" alguna sana costumbre del vecino, ¿por qué no hacerlo si nos reportará algún beneficio? Así que por esa parte considero que es interesante estar informados de qué se cuece a nuestro alrededor. Algunas veces pequeños cambios aportan grandes beneficios.
    Al hilo de que ahora los suecos llamen "fika" a un breve descanso habitual y que parezca que esta costumbre tenga tanta repercusión, podría deberse a que noticias como ésta, sean una especie de loa a las costumbres de aquel país Además, se hacen eco de estudios y opiniones de universidades o expertos en eso que llaman en el artículo "coach de felicidad en el trabajo". Es decir, que lo que en algunos trabajos en España hacemos porque sí, ellos lo realizan por mil y unas razones que se han molestado en buscar para justificar los "cómos" y los "por qués" de sus "fikas" o, dicho sea de paso, nuestro momento "del cafelillo".
    Lo que sí está claro, es que en general, con un duración breve, es beneficioso ese momento en el que los compañeros construyen unos lazos que a la hora de rendir, contribuirá a retomar con más fuerza la labor y mejorar los trabajos en equipo.

    ResponderEliminar
  4. Los españoles hacen sus paraditas en el trabajo para tomarse un café. Y los suecos también hacen sus paraditas en el trabajo para tomarse un café. Pero estos últimos logran una productividad mucho mayor. ¿Por qué?. ¿Saben tomar el café mejor que los españoles?. No, porque la parada, el fika, por si misma no aumenta la productividad de las personas. Ayuda, es un factor importante, pero es simplemente un pequeño eslabón en una larga cadena. Lo importante es lo que pasa antes y después de esas pausas. Y ahí es donde los suecos pueden venir a enseñarnos unas cuantas cosas.
    Al final este tipo de noticias son publicitadas por su "exotismo", por decirlo de alguna manera. Son llamativas. Anda, eso que hemos hecho toda la vida resulta que ahora es lo mejor, nos decimos a nosotros mismos al leer la noticia. Y con este tipo de noticias el público en general se queda con la anecdota, con la idea de que ahí está la clave de todo y con esa leve indignación de por qué si lo dicen los suecos está bien pero si lo dicen los españoles no tanto. Pero nadie se fija que lo dicen porque el final del partido ellos ganan por goleada.
    No nos engañemos, los suecos no copian a los españoles, no hacen lo que ellos. Se parece, pero no es lo mismo.

    ResponderEliminar
  5. Esta vez no... a la próxima...5 de mayo de 2017, 3:42

    Ay, Suecia... En otro tiempo llamada Suecia, hoy día Suecistán con más criterio. Una nación en proceso acelerado de disolución y de integración en ese gran califato que se está gestando y que en pocas décadas habrá sustituido a la Unión Europea. La de Suecistán es una historia curiosa porque hasta mediados del s.XIX había sido siempre un país rural y pobre, repleto de beodos de vodka y aguardiente, decenas de miles de suecos emigraron a los EE.UU en el s. XIX y primera mitad del XX. Tal ha sido la población de alcohólicos que ha dispensado tradicionalmente Suecistán a sus calles que aún hoy día tiene una de las leyes de comercio y consumo de bebidas alcohólicas más restrictivas del mundo -a excepción de los países mahometanos en los que por razones coránicas se prohíbe su venta-.
    Desde antes de la Segunda Gran Guerra y durante toda ella distinguidos y numerosos miembros del partido nacional-socialista, así como un gran contingente empresarial, militar, cultural y social del pensamiento nazi, pulularon a su libre albedrío por Suecistán, disponiendo de la cortesía, cariño y simpatía de las gentes suecas, con los que intimaron a todos los niveles, llegándose a encontrar como en un lander más del Sacro Imperio Hitleriano... Lo que más le fastidia a un sueco -me refiero a un auténtico sueco, con pedigrí y no a otra cosa discutible- es que le recuerden aquellos "entrañables" tiempos de hermandad con los teutones en los que los unos y los otros eran hermanos arios a los que irían a recoger las mismas valquirias del campo de batalla para conducirlos a todos juntos a las puertas del Valhala. Como siempre sucede en todas partes... al acabar la Guerra y habiendo sabido del desenlace, nadie conocía a ningún perdedor, ni sabía nada de los campos de exterminio, ni tenía la menor idea de quién era el Führer, ni nada.... Eran "infantontos" que tan sólo se limitaban a firmar los contratos de producción de materias primas y de equipamiento sin saber para qué eran destinadas porque se fiaban de ellos y punto....
    En lo económico la forma de vida granjera rural ha estado siempre muy arraigada en Suecia, pero con la llegada de la Revolución Industrial, la nación se autoimpuso unas reformas de corte liberal a mediados del s.XIX caracterizadas por un gran respeto a la propiedad privada, al libre comercio entre particulares, entre empresas, y desde el que la gente ha venido viviendo gracias a sus ahorros, de la producción de sus parcelas agropecuarias particulares y de la floreciente industria multisectorial. Este idílico paisaje económico que estuvo vigente hasta la década de 1970 se vio truncado repentinamente por un cambio drástico en las políticas económicas, y que quisieron justificar con la gran crisis económica petrolera de entonces. De pronto, el que era el cuarto país más rico de la OCDE (curiosamente también con las menores cargas fiscales de ella), incrementó los impuestos de manera aberrante y meteórica a todo humano viviente que pasara por allí con la excusa de potenciar "El Estado del Bienestar". Tanto se aumentaron los impuestos y tanto se expandió el sector público que se acabó con el ahorro de la gente y de las empresas, pero la cosa siguió y siguió... hasta que hizo su aparición la deuda... primero pública, luego también privada.... y El Estado del Bienestar cada vez era más Estado pero menos Bienestar porque todo aumentó de precio desorbitadamente.

    ResponderEliminar
  6. Esta vez tampoco... A la siguiente...5 de mayo de 2017, 3:44

    La deuda creció y creció hasta llegado un momento, a mediados de la década de 1990, en el que el sueco medio, el de pedigrí (incluidos por supuesto los gobernantes), se percató de que serían sus hijos y nietos los que regresarían al "Bienestar del s. X" de seguir por ese camino. Por entonces, en apenas veinticinco años, Suecia estaba ya en el puesto catorce de la OCDE: había descendido diez puestos desde que la "socialdemocracia del bienestar europeo" había arribado a las tierras de Odín. A partir de mediados de los ´90 comienzan a emprenderse una serie de importantes reformas fiscales que duran dos décadas más, y que se mantienen hasta hoy día, orientadas al cauce natural y ecológico de la contracción del sector público y de un generoso retroceso en la confiscación tributaria, lo que ha hecho que Suecia haya recuperado gran parte de su terreno perdido... pero sólo en lo económico... En lo social, las cosas van a deparar muchas sorpresas porque aquí sí que se han pasado de frenada y eso ya no tiene solución.
    Con respecto a lo de las "Fikas" hay que decir que no hay nada nuevo bajo el Sol porque no han inventado nada. Aquí en España se ha hecho siempre en todos los sectores: en el sector educativo están los "recreos", en el sector sanitario están "las guardias", en el sector funcionarial están los generosos y poco apresurados "desayunos" a media mañana (me sigue pareciendo inconcebible que alguien vaya felizmente a trabajar sin desayunar previamente en su casa, pero bueno...), en el mundo industrial y agrícola están los "pitos" (¿quién que haya vendimiado no ha experimentado el dulce momento de solaz y distensión de "echar un pito"?; incluso para los que somos anti-tabaco el momento nos servía para "resucitar" de nuevo). Así que no me vengan ahora a contarnos la milonga de que han inventado "el pito" porque no es así.
    En esas "Fikas" deberían ponerse a reflexionar seriamente sobre cómo van a afrontar el complicado y grave asunto social que se está cerniendo sobre esa pacífica y hasta ahora feliz ciudadanía sueca... Una sociedad inmersa en un creciente relativismo moral, embargada por un pensamiento líquido, de constante cambio y que la aboca a una derrota segura en esta guerra que le ha sido declarada por una cosmología repleta de certidumbres; porque cuando una sociedad como aquella anda perdida, zozobrando en un mar de caos y desorden, carente de verdades absolutas, en la que la categoría del ser humano ha quedado reducida a la de despojo gracias a ciertas tendencias ideológicas recientemente preponderantes que han concurrido en la destrucción de su fundamental y sagrada institución protectora, cuando una sociedad anda así de desorientada y se enfrenta a ella otra cosmovisión cargada de certidumbres y con una fortísima cohesión familiar (esta sí que lo tiene clarísimo al respecto) siempre vence la que está sembrada de certidumbres, y además lo hace en poco tiempo...
    ¿Sucederá igual que con el abismo económico que avizoraron los dirigentes suecos a mediados de los noventa? ¿Sabrán cómo dejar de ser Suecistán y volver a ser Suecia? Hay una foto que responde a estas cuestiones de manera muy clara y es la de las integrantes del gobierno feminista sueco desfilando (todas ellas, las señoras feministas) cubiertas con hiyab (pañuelo en la cabeza), ante los ayatolás iraníes a cambio de unos cuantos y jugosos contratos en coronas suecas.
    http://www.elobservadorcritico.com/2017/02/14/el-gobierno-feminista-sueco-desfila-con-velo-en-teheran/
    D.E.P. Suecia... As-salamu alaikum, Suecistán

    ResponderEliminar
  7. Por qué siempre nos ha de parecer bueno lo que hacen o dicen que hacen otros países, cuando son prácticas que las llevamos a cabo nosotros desde que tenemos conciencia?
    Da la sensación que, hasta la prensa, intentan decirnos que nuestras paradas para tomar café o fumar un cigarro son una pérdida de tiempo y escaquearse del trabajo, pero si es el informe de una Universidad "impronunciable" este tiempo "...se revela como uno de los factores que explica la alta productividad de sus trabajadores..."
    Vale ya de este tipo de información...
    Un saludo
    María López

    ResponderEliminar
  8. El fika es genial. Lo he experimentado. Pero en España también lo hacemos.
    Eva

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Seguidores

Visitas a nuestro blog