A juicio tras la muerte de su bebé desnutrido por recibir sólo leche vegetal


A juicio tras la muerte de su bebé desnutrido por recibir sólo leche vegetal

PABLO R. SUANZES. Corresponsal, Bruselas 

17 may. 2017 18:40

El Hospital Virga Jesse Ziekenhuis, en Hasselt, donde llevaron al niño. JESSE ZEKENHUIS
Pesaba 4,3 kilos a los siete meses y lo alimentaban únicamente con leches vegetales
Los progenitores, dueños de una tienda de productos naturales, le autodiagnosticaron intolerancia a la lactosa y el gluten sin ver a ningún médico

El 6 de junio de 2014, Lucas, un bebé de apenas siete meses de edad, falleció en las urgencias de un hospital de Flandes. Pesaba apenas 4,3 kilos, estaba completamente deshidratado y tenía el "estómago vacío". Según el informe posterior de los servicios de salud, estaba "patológicamente desnutrido". Según la Policía y la Fiscalía, sus padres, Peter S., de 34 años, y Sandrina V, propietarios de una tienda de productos naturales en Beveren, en Flandes Oriental, habían diagnosticado ellos mismos a su hijo y decidido que tenía intolerancia a la lactosa y alergia al gluten. Y lo alimentaban, escasamente, con leches vegetales de su tienda bio. "Leche de avena, de arroz, de maíz o de quinoa" que no era suficiente ni tenía los nutrientes necesarios.
No acudieron al médico pese a que el niño tenía problemas respiratorios porque, aseguran, "nunca notaron nada raro". "Lucas a veces ganaba peso y a veces lo perdía", afirma la madre desde entonces. Cuando el estado de salud del pequeño se deterioró hasta un punto evidente hasta para ellos, en lugar de "acudir al hospital más cercano lo llevaron a un médico homeópata a más de una hora de distancia en coche", en la localidad de Hasselt, según el informe de la Policía, recogido por el diario 'Het Nieuwsblad'. En el juicio, que ha arrancado esta semana, la Fiscalía pide 18 meses de cárcel para los padres.

Autodiagnóstico
En la corte, en la localidad de Dendermonde, Pascal Persoons, el fiscal, fue demoledor. "Estos padres diagnosticaron ellos mismos que Lucas tenía intolerancia al gluten y la lactosa. Ningún médico lo pudo establecer porque nadie tenía un expediente", explicó. "Sus ideas sobre la medicina le costaron la vida a su hijo. Cuando era casi demasiado tarde, decidieron ir a Bilzen en vez de al hospital más cercano. Por eso pido para ambos una sentencia efectiva de 18 meses de prisión".
"Nunca fuimos al médico con Lucas porque no notamos nada inusual. No tengo explicación para su muerte", explicó el padre ante el Tribunal, según la prensa local. "A veces ganaba peso y a veces lo perdía. Cuando tenía seis meses pesaba seis kilos. No estaba enfermo y no tenía diarrea pero perdió peso. Nuestros clientes lo veían siempre en la tienda, todo el tiempo, le hacían gracias y él siempre estaba jugando. Nunca quisimos la muerte de nuestro hijo", aseguró la madre en su testimonio.
La abogada de la familia, Karine Van Meirvenne, explica en la prensa flamenca que "Lucas tenía problemas para comer", que rechazaba los biberones y que los padres buscaron alternativas. "La salud de Lucas era buena e incluso el 6 de junio no consideraron que la situación fuera tan alarmante. Consideraron que podrían hacer el trayecto hasta Bilzen con el bebé" y asegura que tuvieron mala suerte, pues cuando el médico homeópata les dijo que fueran inmediatamente al hospital "pusieron la dirección errónea en el GPS y fueron a un centro sin Urgencias", y que cuando llegaron al destino correcto era demasiado tarde.

Vegetarianos 'flexitaristas'
Ante el Tribunal, la abogada quiso dejar claro que no se trataba de una familia integrista ni un error de primerizos, pues Lucas tenía ya dos hermanas. Los acusados son vegetarianos 'flexitaristas', y ocasionalmente consumen lácteos o pescado. "Los padres no hicieron nada a pesar de la pérdida de peso. Siguieron dándole leches vegetales sin más. Es un comportamiento que debe ser castigado", afirmó el fiscal, según el medio 7sur7.be
La madre, muy afectada en la vista, aseguró que "quizás podrían haber ido antes a un médico", pero que "no puede aceptar la acusación de no haber alimentado deliberadamente" al niño. "Me levantaba cuatro veces cada noche para alimentar a mi bebé", asegura. El padre, más combativo, defendió que "es fácil juzgar a posteriori. A nuestro ojos, no hicimos nada mal e intentamos lo mejor para nuestro bebé". "Nosotros simplemente pensamos que el bebé era intolerante a la lactosa y al gluten". Sandrina V. explicó ante la corte que tuvo que dejar de darle el pecho al niño a los tres meses porque dejó de producir leche. "Y vimos que el bebé no respondía bien a la leche artificial tradicional, tenía cólicos y vomitaba. Así que decidimos darle leche vegetal. Probamos de todo para encontrar la alimentación que más le convenía. En ningún momento nos pareció que tuviera problemas", añadió.
Para la Fiscalía las explicaciones no son suficientes y la negligencia es evidente. "El niño estaba gravemente desnutrido. Ningún médico le diagnosticó jamás ninguna intolerancia. Los servicios médicos no tienen ningún expediente. Perdió más de dos kilos sin que los padres reaccionaran porque se empeñaron en buscar alternativas a la leche tradicional. Eso es malnutrición voluntaria. La hermana de la madre ha testificado para decir que el bebé estaba realmente mal horas antes de su fallecimiento. Y a pesar de todo, su aversión por la medicina tradicional fue más fuerte y les empujó a hacer una hora de coche con un bebé enfermo antes de que ir a las Urgencias más cercana. Esto ilustra bien la gravedad de los hechos", concluyó el fiscal Persoons.
Tras la muerte de Lucas, Sandrina y Peter tuvieron otra hija. Según han explicado, las dos mayores se habían alimentado parcialmente con leches vegetales y nunca tuvieron un problema. Y aseguran que desde el "drama, cada vez que una estornuda van inmediatamente al médico".

La sentencia se espera para mediados del mes de junio. La defensa ha pedido la absolución.

Comentarios

  1. La prensa, y en este caso no solo la prensa escrita, sino también la televisión y los noticiarios digitales, se hacen eco de noticias que dejan una mala sensación a quien la lee.

    Es el caso de la que presentamos hoy: ¿cómo puede la radicalidad de unos padres, dar lugar a que sus hijos mueran por eso? Es lo que ha ocurrido con lo detallado en esta noticia.

    No ha existido, al menos de manera intencionada, malos tratos; no ha habido, igualmente, negligencia… solo ha habido una obcecación extrema por una manera de alimentarse.

    ¿Hasta qué punto puede llegar la obsesión por una forma de vida y una alimentación? Y lo que es más importante, ¿hasta qué punto puede arrastrarse en esta obsesión a los menores?

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  2. De la lectura de este artículo se desprende que el hecho de que los padres fueran vegetarianos fue lo que provocó la muerte del bebé. Además afirma en el titular que el juicio fue por la desnutrición del bebé por alimentarse exclusivamente con leche vegetal.
    La información es muy insuficiente, y en principio a cualquiera no se le puede escapar, que el tomar solo leche vegetal no es causa para morir.
    Algo se le ha olvidado al periodista, o en caso contrario han querido atribuir la muerte del bebé fue por la circunstancia de que los padres fueran vegetarianos.
    María López

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    1. Yo no entiendo que el artículo diga que el bebé muriese porque los padres llevasen un tipo de alimentación vegetariana. Lo que expone es que el bebé no murió porque los padres fuesen vegetarianos sino por no proporcionarle la alimentación correcta a un recién nacido. Tanto la leche materna o como la leche de fórmula son las dos únicas opciones saludables y racionales para alimentar a un bebé.

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  3. Cuando leo noticias como esta me pregunto si nos ha tocado vivir en la era de los radicalismos. Estamos acostumbrados a asociar el radicalismo con la religión y las ideas políticas, pero bajo mi punto de vista el radicalismo existe en todos los ámbitos de nuestra vida y por ende de la sociedad.
    Esta noticia es un ejemplo de ello, unas ideas o creencias llevadas hasta tal extremo que deriva en una consecuencia tan terrible como la muerte de un hijo bebé.

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  4. La noticia sin duda es muy triste y a la vez irritante. Debido a que parece que hoy en día tenemos demasiada información a nuestro alcance, en algunas ocasiones para personas de ideas extremas que se sienten en posesión de la verdad absoluta de las cosas, puede derivar en desgracias como éstas. Igual que por mucho que leamos de leyes, no podremos saber tanto como un abogado y del mismo modo, por mucho que hayamos leído sobre temas de medicina, nunca jamás, podemos pretender saber más que un médico. De hecho, por sentido común, cuando tenemos alguna dolencia lo prudente es acudir al médico y no hacernos un "autodiagnóstico". Si la víctima de la prepotencia y la insensatez es un menor, la cosa se agrava. A un bebé no se le puede cuidar haciendo experimentos. La ciencia está para valorar cualquier problema de salud y, en caso de que lo haya, buscar una solución testada y no a modo de quien deshoja una margarita o "tiene una intuición". Seamos serios. En los últimos tiempos, en los que parece que se demoniza la medicina tradicional, hay quienes acuden a otro tipo de terapias o medicinas naturales. Puede ser una opción pero, señores, utilicemos la cabeza y no nos dejemos llevar por el charlatán de turno. Al hilo de esto, quiero hacer referencia a una campaña "anti-vacunas" que algunos insensatos están llevando a cabo. Gracias a las vacunas y a otros avances médicos, la esperanza de vida ha ido ascendiendo a lo largo de la historia. Los fármacos, el conocimiento del cuerpo humano, de las enfermedades nos han hecho tener armas para combatirlas. El hecho de que muchas enfermedades contagiosas se erradicaran NO es motivo para abogar por ningún derecho a no vacunarse. De hecho, debería ser un delito (que no sé si lo es) no vacunar a los bebés y a los niños cumpliendo con el calendario de vacunas establecido según el país o comunidad autónoma. No vacunar a un niño no pone en peligro solo su salud, sino la de una comunidad que puede sufrir las consecuencias de que algunas enfermedades prácticamente erradicadas de nuestro entorno, puedan volver a propagarse por el simple hecho de que haya quienes opinan "que las vacunas no son saludables o son peligrosas" o vaya usted a saber qué motivos alegan para exponerse (y exponer a los demás) a enfermedades horribles de las que parece no acordarse nadie. Informémonos en las fuentes serias y fiables y aunque para cosas "de poca monta" prefiramos intentar curarnos con métodos naturales o alternativos, no intentemos ser nuestros propios doctores y mucho menos, los médicos de los demás. Eso nunca.

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  5. Estoy de acuerdo con lo expuesto más arriba, las noticias y los periodistas...
    Me parece una información un tanto sesgada y habría que conocer todas las circunstancias del caso... yo me pregunto... ¿cuántas muertes se producen por imprudencias? ¿y por extremismos? ¿por intolerancia?
    No creo que los padres olviden...

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  6. Al igual que el resto de participantes, este tipo de prácticas negligentes ponen de manifiesta la irracionalidad del ser humano y por ende, de nuestra sociedad. De este modo, asistimos a una situación irracional por parte de los padres y como consecuencia, el uso mediático de la noticia por los medios de comunicación ¿Con qué fin? No soy especialista en medicina ni en medios de comunicación, pero si quieren evitar este tipo de prácticas, la prensa debería dejar de lado el sensacionalismo y tratar este tipo de problemas tan grave, como es la muerte de un inocente, de la manera correcta, es decir, con rigor y contrastar con especialistas en la materia.

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  7. Esta vez tampoco... ¿cuándo se dirá?26 de mayo de 2017, 0:49

    En primer lugar siento muchísimo la muerte de ese inocente angelito de cuna y el dolor tan insoportable que embargará a sus desgraciados padres y al resto de su familia. Que Dios lo reciba en su Gloria y también se apiade de sus padres aliviándoles la angustia lo antes posible porque no hace falta ni decir que todo esto tiene pinta de haber sido la consecuencia de las tremendas ignorancia e ingenuidad de unos padres que creían estar haciendo lo correcto y lo mejor para su hijo.
    La ausencia de mala fe o de dolo en su actuación resultan evidentes, por lo tanto no es justo exigirles responsabilidades penales porque bastante castigados están ya y lo estarán durante toda su vida.
    Dicho esto lo único que cabe ante este tipo de tragedias es analizar las causas de estos comportamientos parentales porque sus consecuencias ya las hemos visto. El origen de todo esto proviene de ciertos movimientos New Age (de la Nueva Era) y que desde hace unos años han tenido una fuerte repercusión en los medios de comunicación. Estas tendencias como por ejemplo la alimentación vegetariana, las terapias alternativas, el movimiento antivacunas, así como un sinfín de técnicas de sanación exóticas de difícil pronunciación, etc... en la inmensa mayoría de los casos carecen del más mínimo fundamento científico porque no han superado nunca una investigación mínimamente rigurosa. Por otra parte también hay que señalar que forman parte de lo que podría definirse como un "paquete anticapitalista y eco-izquierdista" lanzado al mundo por el laboratorio ideológico de lo que ha venido a llamarse el "marxismo cultural". Tras la medicina alopática y oficial se esconden las monstruosas megaempresas farmacéuticas, arquetipos del capitalismo, que tienen sometida y esclavizada a la gente en lo que conforma una "granja humana".
    Si ya eres (o quieres llegar a ser) una bonísima persona, absolutamente solidaria, tolerante, amante del multiculturalismo, respetuosa y admiradora de otras etnias y civilizaciones (a poder ser de todas las demás menos de la cultura cristiano-occidental) debes profesar el credo bonista con su "pack completo". Cuantos más capítulos del mismo cumplas más auténtico y más genuinamente progre serás y, por consiguiente, tu moral será superior a la del resto o, mejor aún, TÚ AL COMPLETO SERÁS MEJOR QUE EL RESTO porque tú serás de los buenos, lo que conduce a pensar que los que no se ajusten a ese perfil serán los malos. Ante esta perversa dicotomía, falsa de la cruz a la fecha, repetida hasta la saciedad en todos los medios de comunicación y discursos políticos oficiales, poco espacio queda para el pensamiento crítico y para la disensión.
    Para ser reconocido como demócrata tolerante y bonísima persona conviene identificarse con una larga serie de doctrinas -cada año son más las que se agregan a la misma- como por ejemplo alimenticias, sanitarias, lingüísticas, históricas, religiosas, de indumentaria, educativas, sentimentales, sexuales, familiares, artísticas... y así hasta llegar al caos del más absoluto principio entrópico.
    Por mencionar, por ejemplo, al movimiento vegetariano (promovido por la secta pro-animalista [en España vertebrados por el movimiento antitaurino]) diremos que recibe su oxígeno económico de las alturas financieras de cierto magnate cuyos ancestros procedían de las inmediaciones del más importante lago centroeuropeo... pero eso objeto de otro debate. Continúa....

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  8. ....buffffff....... pues nada.... seguimos igual....26 de mayo de 2017, 0:50

    Con respecto a los antivacunas y los terapeutas alternativos hay que reconocer que han medrado porque tienen a su favor el que ciertos aspectos económicos y políticos sobre los que asientan su doctrina son verdad como por ejemplo que la OMS es una mafia o que algunos laboratorios farmacéuticos también funcionan como organizaciones criminales, lo que es cierto. Sin embargo, el que esto sea cierto, no invalida los grandes logros que se han alcanzado en el curso de estas operaciones económicas (-legales o no, morales o no-) porque aunque el fin último de toda vacuna haya sido el del lucro económico del fabricante el resultado que nos deja es el de un servicio sanitario que ha salvado millones de vidas mientras se habría podido producir el supuesto lucro, robo o estafa económica a los súbditos de un país cualquiera. Por lo tanto, el movimiento antivacunas tiene un discurso que empieza siendo bonito pero que cuando se presenta la evidencia histórica hace aguas ante ella. Lo mismo sucede con las terapias alternativas, que son cautivadoras cuando empiezan a presentarse pero que al primer análisis científico se derrumban sin dilación. De cualquiera de las formas se ha llegado hasta aquí pese a todos los demonios de las oscuras Edades Antigua y Media; nunca antes ha habido tantos habitantes en la Tierra ni tan longevos en términos estadísticos, y todo ello gracias a las mejoras científicas, sanitarias, agrícolas, tecnológicas y alimenticias alcanzadas por lo que resulta ser la más pura contradicción "in terminis" el defender que lo que nos ha traído hasta aquí va contra nosotros.
    Como conclusión podría decirse que la muerte de este niño es responsabilidad directa de los padres aunque con los atenuantes de desconocimiento de las consecuencias y de ausencias de mala fe y voluntad de daño; o dicho de otro modo es "la penitencia del tonto", y que, por muchos vericuetos judiciales que se recorran, jamás podrá identificarse a ningún culpable porque los ideólogos e inductores de estas conductas se encuentran al final de una cadena de mandos e intermediarios, con las culpas totalmente diluidas y desvanecidas, y tan arriba que hasta resultan invisibles desde aquí abajo.

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