De crisis sobrevenidas y su narrativa
El Grito, de E. Munch
Verónica Mena Álvarez. vermena@valdepenas.uned.esEl Juego del Calamar es el último éxito
de una de las plataformas de contenido de pago. No es de extrañar, reúne todas
condiciones para ello, cuestiones como la escasez de recursos, la ética humana o
la extrema violencia a la que se ven abocados los participantes, se
entremezclan con algo tan ingenuo como es el juego tradicional y popular. Esto,
unido al papel de las redes sociales en la difusión, son claves para comprender
por qué ha alcanzado las cuotas de seguidores esta serie, pero, desafortunadamente,
no todos los seguidores son adultos, algo que debería ser, cuanto menos,
alarmante.
No es la primera vez que las
consecuencias de una crisis es el caldo de cultivo para la narración a través de
una ficción novelada. En los últimos 100 años han sido numerosas las crisis
económicas y políticas, incluidas la II Guerra Mundial, que han tenido
repercusión en el mundo literatura o en el cine. A continuación exponemos
algunos ejemplos.
El crack del 29 supuso la pérdida de
grandes fondos de inversión, derivados de la especulación, miles de personas
perdieron su vida ante las dificultades económicas que les fueron sobrevenidas.
Ese contexto de dificultad económica tuvo su repercusión en el mundo del arte, una
muestra de ello, Adolf Huxley y su célebre Un Mundo Feliz (1932), en la que a través de una sociedad distópica,
observamos corrientes de eugenesia acorde a las tendencias del momento, en la
que pretendían potenciar una sociedad mejor, a partir de la selección humana y
el nacimiento de un ser humano perfecto.
Años después y como consecuencia, en
parte, de la Gran Depresión, tendría lugar uno de los acontecimientos que marcó
el rumbo de Europa, la II Guerra Mundial. La confrontación de dos potencias
dominantes como fueron el comunismo y el capitalismo, derivó en una caza de
brujas, unida al desarrollo tecnológico a raíz de la II Guerra Mundial. Igualmente
tuvo una gran repercusión en el cine, prueba de ello, 1984 de George Orwell, cuyo eje
es el control social a través de la tecnología.
Otra de las grandes crisis a recordar,
la del petróleo de 1973, en el contexto político de la Guerra Fría. En palabras
de grupos de investigadores económicos[1]
es el detonante para películas de ciencia ficción-fantástico como la saga La Guerra de las Galaxias o Indianas Jones en el que la búsqueda de
paz universal o un tesoro antiguo son los argumentos que se sustentan en la incertidumbre
económica y en el contexto político de confrontación.
La penúltima crisis, en 2008, coincide
con la publicación de la saga de LosJuegos del Hambre y su posterior versión cinematográfica de 2012. La problemática
medioambiental, denunciada desde años 60 del siglo XX, es cada vez más
evidente, al mismo tiempo, se convierte en el elemento guía en estas
publicaciones con la limitación de los recursos disponibles y la propia
supervivencia a través del juego.
En esta última década, El Cuento de la Criada, novela de 1985,
se convirtió en un bestseller a raíz
de su adaptación a la pequeña pantalla en 2017. El hilo conductor se centra en un
futuro incierto en el que el principal inconveniente es la escasa natalidad, un
problema, evidente, en nuestra sociedad a consecuencia del cambio planteado en
la demografía de las sociedades postindustriales a partir de la década de los
80 del siglo XX.
[1] Poveda Criado, M.A. y otros, (2012) «El tratamiento de la crisis económica y financiera en el cine de
Hollywood», Revista
Comunicación y Hombre, nº8, pp. 25-38.
Enhorabuena a la autora por este repaso ofrecido de ejemplos de crisis socioeconómicas más relevantes desde la primera y segunda mitad del siglo pasado y prosiguiendo con nuestro tiempo. Todas ellas, las crisis, son precisamente las musas en las que se fueron inspirando tanto el mundo del cine como la literatura el arte, etc., para desarrollar con más peso si cabe sus creaciones míticas. De esta forma, en mayor o menor medida ocurre que si contemplamos una película o vídeo, leemos una obra, nos vemos afectados por ella irremediablemente. Qué duda cabe que el público más pequeño, sea el más afectado y por supuesto más vulnerable ante la emisión de imágenes ofrecidas...
ResponderEliminarLa pregunta que me hago es hasta qué punto podrían evitar los responsables, si es que quieren hacerlo y dependiendo de su juicio etíco...., frenar los efectos nocivos de lo que podría contener por ejemplo, un supuesto "juego" como el del Juego del Calamar...la línea se corta di el juego se convierte en violencia, en maltrato ante la pasiva mirada del resto.....
Muchas gracias Tonka por tu interesante aportación. Esperamos seguir contando contigo.
EliminarEnhorabuena Vero
ResponderEliminarMuchas gracias Visi.
EliminarPocos seres humanos, contaminan a una mayoría de buena gente. Felicidades por el artículo
ResponderEliminarCoincido en tu afirmación "mayoría de buena gente". Muchas gracias Neiracampillo
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