La crisis de los deseos o la falta de una visión general

Palmira Peláez Fernández ppelaez@valdepenas.uned.es

Nos encontramos en unas fechas de balances de año, de expectativas para el nuevo, de compartir buenos deseos, de reflexiones sobre lo vivido…

Y para estos momentos, quizá, lo más apropiado sería recomendar películas y novelas sentimentaloides que no hagan pensar mucho y que dejen un sabor dulzón.

Pero, puesto que este es un blog que alienta a un pensamiento crítico, hablaremos de otro tipo de libros.

Son unos clásicos que han llegado a nuestro escritorio de la mano de Antonio Diéguez y Graciano González R. Arnáiz. Estos son: La rebelión de las masas de J. Ortega y Gasset y Si esto es un hombre de Primo Levi.

Nuestra reflexión girará en torno a dos conceptos fruto de estas obras. La “crisis de los deseos” de Ortega y la “visión general” de Primo Levi. Ambos términos confluyen en una perspectiva ética de los fines, si bien reflejando una lectura pesimista de esta.

Diría Ortega que “el hombre es una entidad infinitamente plástica, de la que se puede hacer lo que se quiera” y, efectivamente, la manipulación que, en la actualidad, se produce por los medios de comunicación de masas se ha puesto de manifiesto en diferentes estudios. Y atribuía Ortega esta actitud de desinterés a “la crisis de los deseos” y la consecuencia era esa manipulación de la que el ser humano era objeto.

La rebelión de las masas sale a la luz en los años 30 del siglo XX, década en la que se sufren los efectos de la Gran Depresión, Hitler y el partido nazi se hacen con el poder en Alemania, y lo intenta con Europa empezando con la invasión de Polonia. En España, se sustituye la monarquía de Alfonso XIII por una República que termina con un golpe de Estado, una Guerra Civil que duraría 3 años y una dictadura para 40.

En este contexto social, se entendería un llamamiento a la sublevación de la sociedad, de las masas; está claro que con ese caldo de cultivo era fácil dejarse llevar por el grupo. Sin embargo, nada más lejos de la realidad en el pensamiento de Ortega en su referencia a las masas, por ello, él aclara que habla del hombre-masa.

Para él, estos grupos son la muchedumbre, individuos que coinciden en los deseos, o, que se dejan arrastrar por los del grupo porque carecen de la capacidad de elegir unos propios como personas libres; es esa crisis de los deseos que Ortega identificara con la incapacidad de saber y/o querer elegir, o tener un proyecto de vida al margen de lo que la masa decida.

En la actualidad, el mayor reproche que se le hace a la sociedad de esta era de la información, es la falta de opinión crítica. Y con esta actitud desencantada por esta falta de discernimiento, en esta mal llama “era de la información”, recurrimos a Primo Levi y su obra Si esto es un hombre. Una obra en la que su autor narra las atrocidades vividas en el campo de exterminio de Auschwitz y que, a pesar de todas ellas, lo peor era no tener una visión general, de cuáles eran sus fines allí.

El siglo XXI ha dado lugar a todas las tecnologías “bio”, con un avance tecnológico tan rápido que no ha dado tiempo a la reflexión y la deliberación. Por ello, en esos mismos ámbitos se reclaman su interpretación desde la perspectiva ética. Así, esta propuesta viene a llamar al debate sobre la tecnología, desde la responsabilidad, desde la vulnerabilidad del otro, desde el respeto de los derechos humanos y desde una actitud de no ser manejados; una propuesta que se justifique en unos fines, o, como señalara Primo Levi la propuesta de una visión general como alternativa crítica frente a las posturas que se tratan de imponer como únicas posibilidades.